El busto de Édgar Perea develado en la Ventana de Campeones.
El busto de Édgar Perea develado en la Ventana de Campeones.
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Cristian Mercado

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Édgar Perea, el relator de momentos memorables del Junior

'El Campeón' fue el creador de las frases 'Junior tu papá' y 'A Junior tienes que matarlo'.

Toque por toque, al lado de la bola, como solía decir, Édgar Perea, ‘El Campeón’, relató las primeras hazañas del Junior en el fútbol colombiano.

Con un estilo inconfundible e inigualable y, con una garganta prodigiosa, Perea se paseó por todos los estadios del país gozando con las victorias del equipo rojiblanco y sufriendo también con sus derrotas, pero, más que todo, con las decisiones arbitrales, casi todas en su contra.

A Perea nada lo callaba. Ni los árbitros que en el Romelio Martínez mandaban a suspender su transmisión, que se escuchaba en todos los rincones del estadio, creyendo que provenían de los altavoces cuando en realidad era amplificada por unas inmensas grabadoras que llevaban los aficionados y que eran un solo radio en el escenario de la calle 72.

Desde su cabina de transmisión, que era lo más parecido a un púlpito, Perea intimidaba a árbitros, jugadores y técnicos rivales. Si alguno se quería pasar de la raya hacía que desde las tribunas le entonaran el ‘corito celestial’, que se hizo famoso en toda Colombia.

Ni hablar cuando el equipo rival tenía arrinconado a Junior. En esos momentos recurría a su poder en el estadio, no solo para animar al público, sino para que los árbitros pitaran bien o, en su defecto, para que decretaran el final del partido antes de tiempo.

Perea narró el primer título de Junior, en Bogotá, en 1977 contra Santa Fe, y en 1980 realizó una de sus relatos más memorables en el juego contra Deportivo Cali, en el Pascual Guerrero, en el cual Junior se coronó campeón por segunda vez. 

El Cali se fue al descanso ganando 2-0, con goles de pena máxima convertidos por Willington Ortiz. Perea, cada vez que daba el marcador, decía: “Gorayeb 2 – Junior 0”, con lo que referenciaba que el presidente en ese entonces del cuadro azucarero (Alex Gorayeb) había comprado al árbitro (el español Manuel Fandós) y que este pitó dos penaltis inexistentes.

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El juego continuó y Perea describió como nadie lo que ocurría en la cancha. La vigorosa reacción de Junior, que descontó con gol de Carlos Molinares. El perfume de gol del empate le pegaba al narrador. “Junior está a un gol del título colombiano”, repetía insistentemente. 

A escasos 10 minutos del final, hubo una falta a favor de Junior cerca al área del Cali. Perea describió las “caras lánguidas” de los hinchas del equipo verdiblanco, preocupados porque veían venir el empate del equipo de Varacka, que era una tromba.

Perea hasta mandó a filmar esos momentos previos al cobro de Juan Miguel Tutino.Pobrecitos, como los tengo, están temblando, están llorado. No me miran”, decía de los aficionados del Cali.

“Si la emboca Tutino…”, siguió diciendo. Tutino no pateó, sino que se la corrió a Fernando Fiorillo, quien soltó un fuerte derechazo que no pudo retener el portero Carlos Valencia. De atrás vino Gabriel Berdugo para meterla y decretar el 2-2 que le daba el título a Junior.

Perea cantó emocionado el gol de Berdugo y después de gritar “Junior campeón”, soltó varias veces otra de sus frases icónicas: “A Junior tienes que matarlo para ganarle”. 

Otra narración inolvidable de ‘El Campeón’ fue la del gol de Oswaldo Mackenzie, que le dio la tercera estrella a Junior.

Perea describió como los dioses esa jugada, la última del partido, desde que la agarró Valenciano, el transporte de Pacheco, la descarga para el 'Pibe' Valderrama y la habilitación de este, tras un amague que mandó a toda la defensa del América para ‘Pescaíto’, para Mackenzie, que eludió a Óscar Córdoba y la metió para desatar la locura en el estadio Metropolitano. Era el primer título que Junior festejaba junto a su hinchada. 

“Arranca Pacheco, Pacheco a la carga, Pacheco a la carga, toca para Valderrama por dentro, entra Mackenzie, remata, gol, gol, gol, Junior campeón, Junior campeón”. Una narración para la historia.

Otro de los legados de Édgar Perea al Junior en sus 100 años de historia fue haberle puesto el remoquete de “Tu papá”, con el que es conocido, incluso, a nivel internacional.

Este nació en 1984, una noche en la que Junior enfrentaba al América en el Romelio Martínez, por Copa Libertadores. El equipo rojiblanco ya estaba eliminado, pero los escarlatas aún tenían opción de avanzar a la siguiente fase.

Un día antes, Poncho Rentería, hincha confeso del América, en un programa de televisión dijo que este iba a ganar porque se iba a enfrentar a un grupo de “minusválidos mentales” (los jugadores del Junior. Esto enardeció a Perea, que le pidió al público llenar el Romelio y al equipo salir a ganarle al América para que Rentería se tragara sus palabras.

Y así fue. En la cancha, Junior arrasó al América, le ganó 4-1 y sentenció su eliminación de la Copa Libertadores. Perea, pleno de emoción, decía en cada gol del Junior: “Esto es para que respetes, Poncho Rentería, Junior es tu papá”.

Ese era Édgar Perea, un juniorista de pura cepa, auténtico, apasionado, que defendía al equipo a muerte, lo cual le costó varias suspensiones del Ministerio de Comunicaciones. ‘El Campeón’ también tiene su lugar reservado en los 100 años del equipo rojiblanco.

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